Vinos únicos y personales, exigencia de la constancia en el tiempo

Fue allá por 1997 cuando empezamos a sentirnos atraídos por la viticultura y el mundo del vino.

En nuestros viajes a Francia nos fuimos contagiando de la cultura vitivinícola y gastronómica del país vecino, tomando conciencia de las excepcionales condiciones de nuestra tierra para elaborar grandes vinos.

Pasamos años escudriñando cada palmo de la Ribera en busca del terruño. Y ahí estaba, esperándonos. Lo encontramos en el año 2000 y así comenzamos a dar vida a nuestro proyecto, con el espíritu de los vignerons franceses reflejado en el Páramo de Pesquera de Duero.

Lo que comenzó como una pasión se ha convertido en una bodega boutique que tiene personalidad para expresar nuestro carácter familiar, donde el potencial de la uva tempranillo de altura de Pesquera de Duero alcanza su máxima expresión.